porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia
(Jesús), no con viandas, que nunca aprovecharon a los que
se han ocupado de ellas.” (Hebreos 13:9 RV1960)
¿Realmente es tan importante la gracia de Dios? Y si es
así, ¿por qué es tan importante?
Quizá estas preguntas te han pasado por la mente, o quizá
no. Pero por si acaso, vamos a tratar de darle respuesta en
este segundo capítulo.
Uno de los grandes y graves errores que el cristiano pue-
de cometer es el de pensar que la gracia de Dios es solo lo
que necesitamos para ser salvos, pero que después necesita-
mos vivir una vida de desarrollo y esfuerzo personal para
poder obtener el favor y las bendiciones de Dios. PERO ESO
NO ES ASÍ BAJO ESTE NUEVO PACTO. La realidad es
que antes de Jesús, el pueblo judío vivía bajo un pacto de
ley, y aunque no voy a entretenerme en este punto, solo
quiero que entiendas que el pacto de la ley consistía en esto:
Si tú haces bien primero, entonces Dios hará lo bueno para
ti. Si tú lo haces mal, entonces Dios no podrá hacer lo bueno
para ti, y como consecuencia la persona sufría maldición en
su vida. Pero yo soy un firme creyente que CUANDO
JESÚS APARECIÓ EN ESCENA, TODO EMPEZÓ A
CAMBIAR. Y se acabó consumando ese cambio por medio
de la muerte, sepultura, resurrección y ascensión de Jesús.
LA OBRA DE JESÚS FUE COMPLETA Y PROVOCÓ
QUE SE ESTABLECIERA UN NUEVO Y MEJOR
PACTO.
Entiende bien esto, por favor. Bajo este Nuevo y Mejor
Pacto Dios YA HIZO TODO LO QUE TENÍA QUE
HACER A FAVOR DEL SER HUMANO. Y ahora a
nosotros nos toca creer y confiar en lo que DIOS YA HA
HECHO.
Por lo tanto, cualquier enseñanza donde el hombre o
mujer van primero y luego Dios, no es una enseñanza basada
en Jesús y Su obra completa. Ley: Tú haces y entonces Dios
hace. Gracia: Dios ya ha hecho y por eso hoy nosotros
podemos responder a lo que ya ha sido hecho.
Entonces, yo necesito depender de Jesús, de la gracia de
Dios, cada día de mi vida cristiana, porque con mi propio
esfuerzo nunca podré alcanzar el estándar que Dios ha
establecido. El mensaje, o la palabra, de la gracia de Dios
produce que la persona entienda que necesita un Salvador
cada día de su vida, y para cada área de la vida. Yo entiendo,
por la gracia de Dios, que necesito a Jesús para mi salud, en
mi matrimonio, en la educación de mis hijos, en la
economía, en el pastorado o ministerio, es decir, dependo y
necesito a Jesús como mi Salvador CADA DÍA. No es solo
para recibir salvación, o perdón de pecados un día y se
acabó, no, Jesús debe ser la Roca firme en la cual TODA MI
VIDA ESTÉ FUNDAMENTADA (Lucas 6:46-49).